La historia de las arras
El primer precedente de las 13 arras viene de la Antigüedad, del viejo Oriente, donde para cerrar un trato era costumbre que se entregara una suma de dinero o de bienes en especie. Como en aquel entonces los matrimonios eran arreglados, al momento del compromiso se entregaba esta señal material con la que las familias demostraban que había una intención seria en formalizar ese enlace.
Después, el Derecho Romano incorporó el concepto de "arras esponsalicias", que fue el nombre con el que se legisló sobre esta especie de garantía monetaria con que se signaba el compromiso entre dos familias. Más tarde, esta costumbre terminaría calando en la España medieval, donde no podía reconocerse el matrimonio ante la Iglesia sin la entrega de estas arras, que todavía seguían siendo una cesión de patrimonio, principalmente del novio a la novia.
También se cuenta que las arras eran un premio por la virginidad de la novia, quien podía disponer de ellas hasta que tuvieran hijos. Y aunque su significado antiguo dista del actual, con el tiempo se fueron incorporando estas 13 monedas entre los obsequios que se intercambiaban los novios junto con otros regalos de mayor valor.
¿Por qué son 13 monedas?
Las 13 arras se dividen en dos grupos: 12 de ellas representan los bienes repartidos en los 12 meses del año y la última moneda es la que se comparte con los desamparados. Originalmente, esta decimotercera moneda era de bronce; ahora, según se actualizó la tradición, las 12 primeras monedas son de oro y la última, de platino. Sin embargo, también se acuñan en plata o en cualquier otro metal, siempre y cuando sean del mismo tamaño. Aunque el 13 es un número polémico, en muchos momentos y lugares ha sido una cifra asociada con la buena suerte.
¿Quién tiene que comprar las arras?
En México es habitual nombrar padrinos para ayudar con diferentes aspectos de la boda y, según se convenga, para contribuir con algunos elementos como las arras, el lazo, la Biblia y hasta los recuerdos de iglesia o el servicio de música. También hay parejas que deciden absorber todos los gastos de la boda, por lo que se encargan de comprar las arras. En otros casos, pueden ser patrimonio de la familia que haya pasado de generación en generación, lo que las dotaría de un especial significado.
¿Cómo se entregan las arras en la ceremonia?
Los padrinos de arras serán quienes las lleven hasta el altar para después ser bendecidas por el sacerdote. En algunos casos, pueden portarlas también los pajes y las meninas; la modalidad de entrega dependerá de ustedes. Después, en el rito del matrimonio, el novio coloca las arras en manos de la novia, quien las vuelve a depositar más tarde, de regreso, en las palmas de su prometido.